Formación como estrategia para el crecimiento de las empresas

Formación de los empleados: estrategia para el crecimiento empresarial

La formación de los empleados en una empresa es un aspecto estratégico esencial. En la era del conocimiento, la gestión eficaz del capital humano implica también potenciar las habilidades y competencias de nuestra plantilla.

Cuando desarrollamos un programa de formación específico y preciso, orientado a mejorar la experiencia práctica de nuestros equipos de trabajo, podemos contribuir al crecimiento de la empresa, la mejora de la productividad y del clima laboral y potenciar la colaboración y el trabajo en equipo.

¿Cuáles son las ventajas de la formación de los empleados?

La formación de los trabajadores aporta numerosos beneficios para la plantilla. Como responsables de la dirección de una empresa, debemos trabajar en la formación estratégica del personal para lograr los resultados que deseamos y garantizar la satisfacción mutua, tanto a nivel colectivo como individual.

Ventajas de la Formación

Veamos algunas de las áreas en las que la formación continua en la empresa puede tener importantes repercusiones.

1. Ayuda a mantener el talento y promover el compromiso

Las condiciones de trabajo son uno de los elementos que influye en la atracción y mantenimiento del talento en la empresa. Especialmente con las nuevas generaciones “millenial”, la existencia de un programa formativo paralelo a su actividad en la empresa contribuye a potenciar el sentimiento de realización de los empleados.

Los nuevos empleados perciben su estancia en una empresa como parte de su carrera laboral. En este sentido, la motivación económica no puede sustituir por completo a la formación de los empleados en su área, lo que ayuda a aumentar su motivación y deseos de crecimiento en el interior de la empresa.

2. Potencia el trabajo en equipo y la cooperación

En toda organización, es de vital importancia mantener el equilibrio entre las individualidades y la cooperación de grupo. Cuando el exceso de competitividad interna acaba convirtiéndose en una dificultad, puesto que perjudica al clima laboral y reduce la efectividad del equipo, los resultados colectivos terminan viéndose afectados.

Una muestra de liderazgo consiste en formar a los empleados para trabajar en equipo. Ayudarles a entender que forma parte de perseguir sus objetivos personales la consecución de los objetivos de la empresa. Que todos deben remar en la misma dirección y que el bienestar del conjunto es de vital importancia para lograr los resultados organizacionales deseados.

3. Aumenta la productividad y el crecimiento empresarial

Los miembros de todos los equipos de trabajo deben integrar y ser parte activa de los procesos de la empresa. Pero el conocimiento adquirido de la empresa también debe transmitirse de manera eficaz a los empleados para mejorar sus habilidades, de manera que se puedan desarrollar las tareas con mayor eficacia.

Uno de los retos de los programas de formación es ayudar a los empleados a mejorar su productividad. Por ejemplo, un programa formativo orientado al equipo de ventas, puede tener como objeto la mejora de la productividad, poniendo en práctica sistemas eficaces que ayuden a realizar una mejor prospección del cliente, de manera que podamos identificar más rápidamente a nuestro buyer-persona mediante las preguntas adecuadas.

4. Mejora nuestra confianza y conocimientos

La mejora de nuestros conocimientos nos ayuda no sólo a aprovechar mejor el tiempo, sino a ser más eficaces. Al aumentar nuestra confianza al realizar nuestras funciones laborales, podemos conseguir mejores resultados o abordar nuevas tareas en la empresa.

Esto permite que por ejemplo sea más fácil optar a ascensos, ya que estamos aprendiendo nuevas habilidades que nos permiten asumir nuevas responsabilidades dentro de la empresa. La formación laboral ayuda a construir profesionales polivalentes y se favorece la movilidad y el crecimiento profesional dentro de la empresa.

¿Qué técnicas se utilizan en los planes formativos de las empresas?

A través de técnicas de aprendizaje como la gamificación, podemos potenciar conocimientos y habilidades concretas para cada equipo de trabajo o departamento. Se trata de actividades o juegos de tipo educativo-laboral, que ayudan a mejorar la eficacia y productividad con la que se relacionan las funciones laborales de los empleados.

Hablamos por ejemplo de planes de formación de Outdoor training y Team Building, que además de ayudar a la cohesión de equipo, permiten que los empleados puedan aprender técnicas cooperativas y podamos configurar relaciones laborales sólidas que ayuden a potenciar el liderazgo y las habilidades de cada miembro del equipo.

Los planes formativos pueden incluir también el uso de las nuevas tecnologías, tanto para el aprendizaje de nuevas herramientas, como medio para transmitir conocimientos a los miembros de la plantilla.

¿Qué habilidades debemos desarrollar en un programa de formación para empresas?

Habilidades que se potencian con la formación empresarial

Los programas de formación para empleados deben estar orientados a potenciar las habilidades que más convengan a las empresas según sus objetivos.

  1. Liderazgo. Los miembros que desempeñan altas responsabilidades de dirección y gestión de equipos necesitan tener conocimientos y experiencia en el liderazgo de personas.
  2. Habilidades comunicativas. Vitales para todos los que trabajen de cara al público, con clientes o deban llevar a cabo acciones de comunicación en el departamento de marketing o ventas.
  3. Idiomas. Una de las habilidades que puede fomentarse entre los equipos de trabajo es el conocimiento de idiomas, lo que es un aprendizaje práctico que puede orientarse hacia las funciones laborales que realizamos. Por ejemplo, en el área de ventas el conocimiento avanzado de inglés puede ser de vital importancia.
  4. Trabajo en equipo. Conseguir que nuestros equipos de trabajo sean productivos y eficaces, que exista un buen ambiente laboral y se favorezca la iniciativa y la creatividad, son aspectos de gran valor que pueden trabajarse en los planes de formación.

¿Quién debe asumir la formación en una empresa?

Las empresas pueden disponer de sus propios programas de formación, liderados por el Departamento de Recursos Humanos, delegar estas funciones en empresas externas o bien llevar a cabo una formación mixta.

En muchos casos, se realiza un seguimiento de la evolución de los empleados a través de software de Recursos Humanos, donde se registran los avances y el nivel de participación e implicación de los trabajadores en los programas formativos enfocados en un desarrollo profesional exitoso.

Los programas de formación para empleados deben ser acordes a los objetivos que se desean lograr. No es lo mismo un plan formativo orientado a mandos intermedios que a los del equipo directivo.

Cuando se busca una formación de alto nivel, orientada a los ejecutivos y personas de mayor responsabilidad directiva, las empresas asignan recursos para que participen en programas de formación especializada lo que, al cabo del tiempo, pueden suponer un gran aporte para su crecimiento profesional y la adopción de un nuevo rol estratégico con impacto positivo en la organización.