La productividad empresarial es sin duda uno de los factores que influye en la posibilidad de mejorar la rentabilidad y competitividad de una empresa. Para poder mejorar la productividad, antes es preciso tener claro el concepto y entender las herramientas de medición actuales para poder incrementar a niveles óptimos.
La evolución de las herramientas de medición de la productividad se ha visto propiciada por el avance de la digitalización. Puesto que muchas actividades se desarrollan a través de sistemas informáticos y digitales, es posible medir de forma más precisa las acciones que se llevan a cabo y su relación con las horas de trabajo.
En este artículo te explicaremos qué es la productividad empresarial y cuáles son las formas más eficaces de medirlas.
Qué es la productividad empresarial: concepto y definición
Podemos definir la productividad empresarial como un indicador económico, que se refleja en la eficacia del desempeño humano y técnico.
A través del cálculo de la productividad, podemos averiguar la relación entre la inversión de la empresa en mano de obra y maquinaria y los bienes y servicios producidos por estos durante un período de tiempo.
De este modo, al contrario de lo que a veces se suele pensar, la productividad empresarial no depende única y exclusivamente de la productividad de los empleados. También de la maquinaria, materias primas y recursos invertidos por la empresa. La productividad de los empleados puede ser alta, pero si la tecnología de la organización no es moderna, su nivel de productividad puede ser limitado y poco competitivo.
Por otra parte, una empresa también puede ser muy eficiente por su tecnología y maquinaria, pero podría haber departamentos o empleados cuyo nivel de rendimiento no se correspondan con lo mínimo esperado para asegurar la rentabilidad deseada.
Cómo se mide la productividad empresarial
Convencionalmente, la unidad para medir la productividad de la empresa se circunscribe a la relación entre el número de unidades o servicios válidos producidos y los recursos invertidos para ello, entre los que se encuentra, por ejemplo, la relación de unidad por hora trabajada.
A continuación, te presentamos una fórmula básica para medir la productividad empresarial de forma global:
Si queremos averiguar la productividad específica de algún recurso, por ejemplo la maquinaria, la productividad será igual al número de unidades producidas por máquina durante un período de tiempo.
Así, por ejemplo, si una máquina es capaz de producir 10 unidades por hora de un bien destinado a la venta, esa será la productividad de ese empleado (10 unidades por hora). Pero si queremos calcular la media de productividad de todas las máquinas, debemos sumar la productividad media por hora de todas las máquinas.
La complejidad del cálculo de la productividad se observa en que, aunque podemos calcular la productividad media de cada recurso invertido, estos recursos no trabajan de forma aislada, sino que se complementan. Así, por ejemplo, un empleado con maquinaria deficiente será menos productivo, y una maquinaria con empleados poco productivos, no trabajará a pleno rendimiento a menos que esté automatizada.
¿Qué elementos hay que incluir en el cálculo de la productividad?
El cálculo de la productividad no se limita a las materias primas, sino también debe incluir los costes fijos, como el alquiler de las instalaciones, y el coste de los suministros, como el agua y la electricidad.
Estos factores influyen en la productividad empresarial. Por ello, es recomendable ya que son recursos económicos que la empresa invierte para poder producir los bienes y servicios planificados. Sin las instalaciones ni la iluminación adecuadas, los empleados no pueden trabajar con seguridad y son menos productivos, se producirían más unidades defectuosas, o directamente la actividad estaría parada.
Así, por ejemplo, un aumento del precio de la electricidad, puede afectar a la productividad de la empresa, ya que la industria debería poder producir más en menos tiempo para obtener la misma rentabilidad. El coste de mantener las máquinas en funcionamiento es mayor cuanto mayor es el precio de la energía y cuanta menor sea la eficiencia energética de la empresa.
Por este motivo, algunas industrias han parado las máquinas debido al alza de los precios de la energía, como se conoce según las noticias en los últimos meses.
Medidas para mejorar la productividad empresarial
Muchos de los factores que influyen en el aumento de la productividad empresarial tienen que ver con la digitalización y el uso de las nuevas tecnologías. Pero también con la forma en que medimos la productividad, lo que sin duda ayudará en la toma de decisiones.
Debemos tener también en cuenta cuáles son los principales enemigos de la productividad empresarial y tomar las medidas adecuadas para combatirlos e intentar minimizarlos.
Veamos en la siguiente imagen y posterior explicación, algunas medidas que se pueden poner en marcha para mejorar la productividad empresarial.
Tecnología y automatización
La introducción de soluciones tecnológicas puede aumentar la productividad global de la empresa.
Tecnologías como la robótica industrial permiten hacer las mismas tareas en menos tiempo que cuando se requiere la participación manual de un operario.
Es por esto que aumentar la automatización en una empresa contribuye al aumento de la productividad. Esto no es sólo aplicable a las industrias, ya que existen soluciones digitales que permiten automatizar tareas administrativas, o aumentar la velocidad de los servicios.
Medición de la productividad basada en datos
Medir la productividad de maquinaria y empleados es esencial para mejorarla. Para ello, es necesario avanzar en la digitalización de la empresa, de manera que las máquinas y dispositivos electrónicos proporcionen datos en tiempo real que puedan procesarse en soluciones en una herramienta informática.
Al mismo tiempo, para medir la productividad de los empleados hay que ir mucho más allá de controlar el registro de horas trabajadas. Es necesario analizar el número de unidades o servicios producidos por hora, además de tener en cuenta la calidad de los bienes y servicios, los materiales que se han invertido o desechado debido a la producción, etc.
Gestión de procesos
La productividad empresarial no sólo depende de la eficacia del desempeño de los recursos humanos, mecánicos y materiales. También de la correcta planificación de los procesos y la gestión adecuada de los sistemas de producción.
Hay empresas que con los mismos recursos que otras pueden ser menos productivas porque los procesos de producción utilizados son menos competitivos que otros. La mera introducción de nuevas tecnologías no produce por sí misma una mejora de la productividad, si no conduce a transformar los procesos de la empresa.
El análisis interno de los procesos de una organización es esencial para aumentar la productividad. Y este análisis puede traducirse muchas veces en un cambio tecnológico, una mejora en los planes de formación y desarrollo de la carrera profesional del personal, o la contratación de talento digital que contribuya al avance de la empresa.
En definitiva, la actualización de los conocimientos es fundamental para que empresarios, directivos y emprendedores puedan desarrollar con éxito un plan que permita una mejora sustancial en la productividad empresarial. Con ese mismo propósito, desde el MBA Executive de la Cámara de Málaga, se hace énfasis en la importancia de comprender este concepto y su impacto directo en la rentabilidad y competitividad actual y futura de la empresa. Puede llegar a considerarse como un elemento diferenciador para que la organización se preocupe por potenciar los diferentes recursos de los que dispone, entre ellos la calidad del talento especializado en cada una de las áreas de gestión.