8 Pasos para mejorar la rentabilidad de la empresa

8 Pasos para mejorar la rentabilidad de una empresa

Mejorar la rentabilidad de una empresa es una tarea que siempre está en el punto de mira de los responsables. Por muy bien que vayan las cosas, si sabemos que hay alguien de la competencia que hace números más altos que nosotros, sentimos esa necesidad de superarlos disfrutando de un logro mucho mayor.

Los beneficios, que con el paso del tiempo se han convertido en algo social además de económico, se valoran cada trimestre para ver que estamos haciendo las cosas bien y que el camino que hemos trazado hacia los objetivos es el correcto. Con todo a nuestro favor, a base de trabajo e investigación podemos conseguir resultados nunca vistos.

¿Qué es la rentabilidad de una empresa?

La rentabilidad de una empresa queda definida en la diferencia que hay entre los beneficios y gastos que ésta suele producir. Cuando los primeros son más elevados que los segundos se dice que el negocio es positivo y puede hacernos ganar lo suficiente como para retirarnos en un futuro lejano o seguir ampliando los negocios e inversiones.

Lejos de valorar únicamente lo que se mide en los activos, también hay que tener en cuenta el retorno de la inversión. Basado en los diferentes índices y ratios financieros que leemos, el cálculo lo hacen profesionales a través de sus herramientas y de donde la lectura nos puede dar cantidad de información al respecto.

¿Cómo puedo mejorar la rentabilidad de mi empresa?

Existen muchas formas de mejorar la rentabilidad de una empresa tal y como se aprecia en la imagen de más abajo. Con independencia del tipo de actividad a que se dedique, siempre que hagamos una investigación previa sobre cuáles son las posibilidades de aumentar los beneficios (sociales o económicos) en base al producto en sí, los objetivos se pueden ir superando.

Pasos para mejorar la rentabilidad de una empresa

A continuación, para los que no saben elaborar una estrategia, os dejamos algunas pautas:

1. Interpretar los datos financieros

¿Términos como cuenta de resultado, flujo de caja o estados de balance te suenan como en otro idioma? Aprender a interpretar los estados financieros de tu empresa es la mejor manera de apostar por un mejor rendimiento así como conocer cuáles son los activos que nos permiten estar por encima de nuestras propias expectativas.

Aunque lo ideal es contar con profesionales expertos que lleven esta parte de las lecturas de una empresa, tú, como gerente que lleva al día todo lo relacionado con el negocio, debes prestar atención a los cambios del mercado en este aspecto y mirar qué modificaciones vendrán bien en tu nicho de mercado para seguir agregando beneficios.

2. Calcular la rentabilidad de futuros proyectos

En el momento en que manejamos aspectos financieros o de liquidez de la empresa podremos plantear una situación mucho más estable, por ejemplo, para esos proyectos que tienes en la recámara y que todavía no han salido a la luz. Desde la inversión monetaria, pasando por los requerimientos de working capital o fondo de maniobra hasta el tiempo de recuperación hay muchos puntos que vale la pena analizar con detalle y saber cómo controlarlos para hacer frente con eficacia a las obligaciones financieras.

Mejorar la rentabilidad de una empresa no significa que hagamos las cosas correctamente desde el primer momento sino que, a través de lo aprendido en base a fallos o experiencias dispares que han surgido en el camino tenemos todo un volumen de recursos de los que echar mano. ¿Alguna vez les has sacado partido?

3. Localizar la eficiencia de los procesos

Localizar la eficiencia de los procesos cuando ya hemos trabajado para otros proyectos que funcionan es mucho más sencillo. En base a la experiencia vamos ganando terreno y adquiriendo unos conocimientos que ni el mejor manual de pasos a seguir en una gerencia nos podría haber dado.

En este apartado es el tiempo trabajado para otras empresas o proyectos lo que hace que podamos ir más holgados y con mayor seguridad. Desde aquí, si consideramos que hay un paso no necesario o que puede ralentizar los objetivos que nos hemos marcado simplemente nos lo saltamos pasando al siguiente.

4. Ajustarse al presupuesto

A la hora de mejorar la rentabilidad de una empresa nada como ajustarse al presupuesto que se nos ha marcado sin gastar ni un euro más. Si trabajamos con balance y demás aspectos financieros de la empresa, este punto será mucho más sencillo para nosotros puesto que ya tendremos un buen camino recorrido.

Elaborar una ficha de gastos cuando ya hemos dedicado parte de nuestra vida a otros negocios en el pasado es una de las grandes ventajas. Desde el primer momento serás consciente del dinero que hay y de lo que podemos hacer con él. Con todo a nuestro favor sólo tenemos que pensar en un buen plan de proyecto para pronto gozar de esa rentabilidad que tenías en la cabeza.

Mejorar la rentabilidad de una empresa

5. Realizar estudios de mercado

Para elaborar nuestro plan de negocio sin fisuras debemos hacer un estudio de mercado que nos diga cómo va todo en nuestro nicho de trabajo. Observar a la competencia y ver cuáles son sus puntos débiles (también es bueno que valoremos los fuertes) es la mejor forma de comenzar con nuestro espacio.

Sin prisa pero si pausa, debemos aprender la manera en la que otros gestionan el mismo producto que nosotros y saber cuáles son las posibilidades que tenemos para mejorar la oferta que éste ha hecho. A través del estudio de mercado, entre otras muchas cosas, elaborar una estrategia que funcione no será nada complicado. Se trata de ofrecer al público objetivo productos que resuelvan mejor sus necesidades de calidad y precio por encima de la competencia.

6. Ofrecer productos combinados

Aunque los productos que trabajes tengan muy buena salida, si queremos mejorar la rentabilidad de una empresa hay que innovar en el contenido. Ofrecer artículos combinados a modo oferta de lanzamiento puede darnos una perspectiva mucho más amplia de lo que significa el marco de negocio.

Los consumidores suelen ser personas abiertas a probar cosas nuevas viendo si este que ahora ha comprado le gusta más que el anterior. Aunque eso no siempre dé resultados favorables (el usuario puede preferir el artículo de toda la vida) sí que muestra iniciativa con otros retos y además nos interesamos por nuestros clientes.

7. Entrenar a los nuevos empleados

Un gerente también debe emplear parte de su tiempo en formar a los nuevos empleados que han entrado a trabajar para la empresa. Conocer el negocio de primera mano y motivarle para que de espacio a la creatividad es lo que consigue que su rentabilidad no sólo no se resienta sino que vaya ganando cada día un poco más.

Cuando los equipos de trabajo son buenos y queremos que sigan en la empresa nosotros, como gerentes de negocio, tenemos que disponer de un programa de formación de empleados para que ellos vayan solos y haciéndose al desarrollo de las diferentes actividades en sus puestos de claves de trabajo. Gracias a la novedad podemos encontrar personas que aporten valor estratégico a la empresa y nos den un punto de vista diferente.

8. Fomentar el compromiso de los empleados

Un buen gerente sabe cómo motivar a sus empleados a través de los objetivos. Aunque el 90% de los candidatos llegarán hasta nuestro negocio para tener ingresos con los que pagar sus facturas o deudas pendientes, en nosotros está hacerle ver que aquí siempre tendrá algo más; una familia laboral a la que llamar hogar.

El compromiso que los empleados tienen con la empresa es una parte esencial a la hora de cumplir con los objetivos que nos hemos marcado pero éste no vendrá por sí solo sin que nosotros hagamos algo para potenciarlo. Los incentivos (tanto sociales como económicos) pueden ser una buena manera de mantenerlo alerta. ¿Hacemos la prueba?

Como vemos, mejorar la rentabilidad de una empresa no es tarea de un solo día sino que se trata de una carrera de fondo sobre la que debemos tener paciencia. En estos ocho pasos –que podrían ser muchos más– hemos intentado resumir cuáles son las pautas a tener en cuenta en un negocio que funciona pero del que sabemos que podemos sacar todavía un poco más.

¡No te lo pienses! Si desde hace unos años diriges una empresa que está dando resultados positivos y de la que ganas ciertos beneficios, invertir tu tiempo en formación para empleados o activos que te ayuden a ganar cada día un poquito más es una manera de avanzar sobre lo que ya hemos conseguido. ¿Te lo vas a perder?