Un aspecto esencial para entender la gestión financiera de una empresa es conocer las diferencias entre solvencia, liquidez y rentabilidad. No es lo mismo decir que una empresa cuenta con liquidez a que la empresa sea rentable. Tener un concepto equivocado sobre estos elementos puede hacernos tener una idea errónea sobre la salud financiera de una empresa.
Cualquier persona que desee gestionar una empresa así como ocupar el puesto de Controller Financiero, debe entender cómo hacer un análisis de la solvencia, liquidez y rentabilidad de la organización. Esto puede ser de gran ayuda para tomar decisiones financieras, establecer estrategias empresariales y ser conscientes de los riesgos financieros a los que se enfrenta una compañía en el corto plazo.
Desde el Máster en Dirección de Empresas en Málaga de la Cámara de Comercio queremos que conozcas las diferencias entre solvencia, liquidez y rentabilidad, así como los elementos esenciales para hacer un análisis de cada uno de estos elementos, de cara a potenciar tus resultados.
¿Qué es la solvencia?
La solvencia de una empresa consiste en la capacidad de satisfacer sus deudas, o la carencia de éstas. Se trata de la relación entre los activos de la entidad y los pasivos. Se refleja a través de la capacidad de una empresa para hacer frente al pago de sus deudas. Así, por ejemplo, una empresa que no pueda hacer frente al pago de sus deudas es insolvente, incluso si cuenta con algo de liquidez a corto plazo.
Una empresa solvente es aquella que puede hacer frente al pago de sus deudas, incluso si en el momento presente no cuenta con liquidez suficiente para ello. Así, por ejemplo, una empresa puede ser solvente si es capaz de vender activos que le proporcionen ingresos para hacer frente a sus deudas, o si cuenta con una alta capacidad de endeudamiento porque existen inversores que pueden financiarla.
La solvencia empresarial no puede considerarse como un sinónimo de rentabilidad. Aunque una empresa sea solvente, los inversores que le permiten financiarse pueden dejar de hacerlo en el futuro, o sus activos pueden perder valor con el tiempo. La venta de activos puede dar lugar también a una reducción de la rentabilidad futura, con lo que se compromete también la capacidad para hacer frente a sus pagos.
Cómo hacer el análisis de solvencia de una empresa
Las empresas solventes son aquellas en las que el valor de todos sus bienes y derechos de pago son suficientes para hacer frente al pago de sus deudas. El análisis de la solvencia de una empresa puede hacerse a través del cálculo de la ratio de solvencia, para lo que necesitarás disponer del balance de situación de la empresa.
La ratio de solvencia puede calcularse con esta fórmula:
Ratio de solvencia = Activo / Pasivo
El activo representa el conjunto de bienes y derechos de la empresa, mientras que el pasivo es el conjunto de las deudas y obligaciones.
Supongamos que el conjunto de los activos (activo corriente + activo no corriente) suman un total de 1,5 millones de euros, y el conjunto de los pasivos (pasivo corriente + pasivo no corriente) representa un total de 750.000 euros. El resultado de la ratio de solvencia sería de 2.
La interpretación del resultado de solvencia puede ser la siguiente:
- Situación de quiebra. Cuando la ratio de solvencia es < 1, entonces la empresa se encuentra en quiebra.
- Situación de riesgo financiero. En el caso de que el resultado de esta fórmula se encuentre entre 1 y 1,5, significa que tu empresa se encuentra en una situación financiera difícil y necesitas aplicar medidas para aumentar la solvencia.
- El resultado de la es mayor que 1,5, lo que existe una buena situación de solvencia.
¿Qué es la liquidez?
La liquidez consiste en la cualidad de los activos de una empresa para convertirse en dinero efectivo de forma inmediata. No todos los activos se pueden convertir en dinero líquido en poco tiempo, por lo que no pueden considerarse para hacer frente a las deudas a corto plazo.
Por ejemplo, una empresa puede tener un local por valor de 90.000 euros, pero para poder obtener dinero líquido por este local, debe llevar a cabo el proceso de ponerlo en el mercado, encontrar un comprador, efectuar el traspaso. No es un proceso que se pueda resolver en el corto plazo, el valor original del activo podría reducirse si se tarda mucho en vender, y sobre todo, no existe ninguna garantía de que el local se podrá vender y convertir en dinero líquido.
Por lo general, el dinero líquido y las acciones son los activos más líquidos con los que puede contar una empresa. Sin embargo, las propiedades inmobiliarias, maquinaria, herramientas o vehículos tienen una menor capacidad de convertirse en liquidez a corto plazo.
¿Cómo hacer el análisis de liquidez de una empresa?
La forma de analizar el nivel de liquidez de una empresa, o capacidad de hacer frente a los pagos a corto plazo, se encuentra en la ratio de liquidez.
La ratio de liquidez muestra si una empresa cuenta con suficiente liquidez para cubrir las deudas en un período inferior a un año. Se trata de un ratio de gran importancia para que la empresa pueda tomar decisiones económicas que permitan a la empresa fortalecer su nivel de liquidez.
El cálculo de la liquidez se realiza con esta fórmula:
Ratio de liquidez = Activo Corriente / Pasivo Corriente
Recordemos que el Activo Corriente (Activo circulante) representa el activo que puede convertirse en dinero líquido en un período inferior a doce meses, lo que representa el ciclo de explotación normal de una empresa. Por su parte, el Pasivo Corriente (Pasivo Circulante) representa a las deudas a corto plazo cuyo pago debe afrontar la empresa en el período de 12 meses.
El resultado de esta ratio financiera puede ser el siguiente:
- Mayor que uno: la empresa sí tiene liquidez suficiente para hacer frente a los pagos a corto plazo.
- Menor que uno: la empresa no tiene suficiente liquidez para hacer frente a los pagos a corto plazo.
- Igual a uno: es muy improbable que el activo circulante sea exactamente igual al pasivo circulante, aunque este caso tampoco es bueno, ya que significa que la empresa se quedaría sin liquidez una vez pagadas las deudas, lo que podría comprometer el próximo ejercicio.
Determinar la liquidez de una empresa es decisivo para tomar decisiones que ayuden a las organizaciones a mejorar su liquidez. Una empresa que no tenga liquidez suficiente para pagar sus deudas a corto plazo puede necesitar aumentar sus activos, por ejemplo inyectando nuevos ingresos líquidos a través de un préstamo a largo plazo con una entidad bancaria.
Si bien esto daría una mayor liquidez para el corto plazo, el pasivo circulante también aumentaría y podría afectar a la solvencia de la empresa a largo plazo, por lo que hay que baremar las decisiones financieras que se toman en el corto plazo para no comprometer el futuro de la empresa. Lo esencial es contar con una estrategia para que los activos de la empresa puedan generar una mayor liquidez, sin depender en exceso de una financiación externa durante un largo período de tiempo.
¿En qué consiste la rentabilidad?
La rentabilidad es un concepto esencial en las empresas. Que una empresa sea rentable significa que tiene capacidad de generar ganancias y beneficios para sus propietarios. El término rentable puede aplicarse no sólo al conjunto de resultados económicos de una empresa, sino también a productos o activos específicos.
Las empresas que no tienen rentabilidad tienden a convertirse en inviables, ya que para mantener los recursos y hacer frente a los pagos es necesario hacer una mayor inversión patrimonial. Sin embargo, una empresa puede tener algunos activos poco o nada rentables, que le estén generando pérdidas, sin que eso signifique que el conjunto de la empresa no es rentable.
Una forma de aumentar la rentabilidad de una empresa es hacer que dichos activos sean rentables, o sustituirlos por otros activos. Por ejemplo, si una empresa tiene un alto volumen de existencias que llevan mucho tiempo sin venderse, esa empresa puede tener poca rentabilidad. Una solución podría ser explotar otros activos que sí generen beneficios, y tratar de liquidar cuanto antes la mercancía que no está generando resultados.
Cómo calcular la rentabilidad de una empresa
Para calcular la rentabilidad de una empresa, podemos utilizar distintos ratios de rentabilidad, que nos mostrarán la capacidad de esa empresa para generar ganancias. A continuación te mostramos algunos de los ratios de rentabilidad más utilizados.
- ROE (Ratio de Capital Propio)
El ROE mide la eficiencia de los activos comparando la relación entre beneficio neto y recursos propios. Nos proporciona un porcentaje en el que se puede conocer la rentabilidad para el accionista con respecto a los recursos que ha invertido.
Fórmula: ROE = Beneficio neto / Patrimonio neto x 100
Así, por ejemplo, si una empresa tiene unos beneficios netos de 2 millones de euros, y su patrimonio neto es de 4 millones, el resultado es del 50%, lo que quiere decir que la empresa ha obtenido un rendimiento del 50% sobre el capital propio.
- ROI (Ratio de Retorno de la Inversión)
Nos muestra la rentabilidad de una empresa relacionando la inversión realizada con los beneficios obtenidos.
Fórmula: ROI= Beneficio neto (Beneficio – Inversión) / Inversión x 100
También nos puede mostrar la rentabilidad de una empresa por la venta de sus productos en relación con los costes de producción. En esta ratio no se tienen en cuenta los impuestos, amortizaciones e intereses de financiación.
Fórmula: ROI = Resultado neto / ventas x 100
Así, por ejemplo, si el resultado neto (ingresos – gastos) de una empresa ha sido de 200.000 euros, y los costes de la producción tenían un valor de 117.000, vemos que la empresa ha obtenido un beneficio del 170%.
El cálculo sería de: 200.000 / 117.000 * 100 = 170%.
Cuanto mayor sea el ROI, más es el porcentaje de ganancias sobre lo invertido que se ha obtenido. En caso de que el resultado fuese negativo, significa que la empresa ha invertido más en producir que los beneficios que le está reportando, por lo que está perdiendo dinero y urge cambiar de estrategia.
- ROA (Ratio de Rentabilidad General)
Esta ratio nos proporciona el nivel de capacidad de una empresa para generar beneficios desde una perspectiva global.
Fórmula: ROA = EBIT (resultados de explotación) / activos totales x 100
Así, por ejemplo, si una empresa ha obtenido un beneficio de 550.000 euros (EBIT) durante el año pasado, y su activo total suma la cantidad de 860.000 euros. Esto indica lo siguiente: 500.000 € / 900.000 € * 100 = 55,55 %.
Esto muestra un rendimiento del 55,55% para la empresa con respecto a su EBIT. La ventaja de utilizar el EBIT es que éste no deduce las amortizaciones y depreciaciones, lo da una visión más exacta de las ganancias operativas de la empresa. Además, usar el EBIT permite considerar todos los activos, ya sean propios o de terceros, de manera que se puede tener una visión más fidedigna de la rentabilidad de la empresa.
Por qué es importante el análisis financiero de las empresas
Todo emprendedor o empresario que quiera llevar a cabo decisiones estratégicas y financieras en su empresa debe estar familiarizado con los conceptos de solvencia, liquidez y rentabilidad, además de conocer otros ratios financieros importantes de la empresa.
Esto es muy importante porque podemos tener una visión errónea sobre el rendimiento real de nuestra empresa, pensando que por el hecho de contar con liquidez nuestro proyecto empresarial es rentable, o por el hecho de ser solventes significa que no sea importante contar con una mayor liquidez en el corto plazo. Siempre es posible no perder de vista los datos y seguir los pasos para mejorar la rentabilidad de una empresa o negocio.
La salud financiera de las empresas depende de que podamos tener una visión acertada sobre sus resultados reales, sin elementos que puedan confundirnos. Que una empresa pueda hacer frente a sus deudas a corto plazo no significa que sea rentable, ya que puede estar vendiendo activos para lograrlo, lo que podría comprometer su futuro.
Desde esta perspectiva, desde el Master en Dirección de Empresas en Málaga de la Cámara de Comercio queremos animarte a seguir profundizando en tu formación financiera para poder tomar decisiones estratégicas inteligentes que ayuden a tu empresa a seguir creciendo y contar con el máximo bienestar financiero.