A principios de este año ha tenido lugar el Foro Económico Mundial, más conocido por el Foro de Davos, debido a la ciudad en la que tiene lugar este acontecimiento. En cada encuentro se reúnen importantes líderes del mundo de la empresa y la política para hablar de los problemas y soluciones de carácter global de mayor relevancia en la actualidad. El tema principal esta vez fue “Globalización 4.0: Configuración de una arquitectura global en la era de la Cuarta Revolución Industrial”.
La globalización 4.0 ha de ser entendida como un fenómeno multidimensional en el que confluyen empresas, personas, ideas y tecnología. El concepto intenta hacer frente a los nuevos retos de nuestra era, como son la recuperación de las crisis financieras, el cambio climático y la desigualdad.
Una de las claves de esta “nueva arquitectura global” es la transformación digital. La tecnología toma un papel esencial en el mundo y no podemos negar su impacto en todas las áreas empresariales. Por desgracia, España aún se encuentra en el puesto 45 a nivel de digitalización de todo el mundo.
El foro nos ha dejado muchas reflexiones que deberán tener en cuenta las empresas de nuestro país si quieren ser el motor que haga salir a nuestro país de su rezagada posición.
La revolución tecnológica
Según el Foro Económico Mundial, “el mundo cambia solo cuando una tecnología se convierte en sistema”, y eso es justamente lo que está ocurriendo con la transformación digital.
Internet se caracteriza por multitud de oportunidades a un precio bajísimo, e incluso gratuito en la mayoría de los casos. El uso generalizado de la tecnología digital ha bajado el coste de estas herramientas y ha supuesto el acceso a las redes a una gran proporción de la población mundial.
En el terreno industrial también se han multiplicado las opciones: robótica, impresión 3D, el Big Data, el Internet de las Cosas (IoT)… Los modelos operativos actuales están construidos sobre cimientos hechos de digitalización.
Es importante ser conscientes del poder de la tecnología. Según varios estudios, la robótica y la inteligencia artificial (IA) tienen un gran potencial que podría llegar a tener consecuencias negativas. Por eso es importante conseguir mejoras en seguridad en la red y protección de datos, para así paliar la posibilidad de ciberataques y salvaguardar la integridad de las personas y las empresas.
El uso de las nuevas tecnologías debe tender hacia dotar de valor a la sociedad y servir como punto de unión entre sociedades, nunca para separar ni polarizar. Hay que hacer frente a los retos de la desigualdad e incluir a las personas mayores en el proceso de la revolución digital.
¿Cómo debe hacer frente un CEO a la Globalización 4.0?
Ya hemos entendido la importancia de la disrupción tecnológica para las sociedades y nuestra labor como ciudadanos para aumentar en seguridad y disminuir en desigualdad, pero ¿cómo deben afrontar los directivos los retos de la tecnologización?
Es necesario una inversión fuerte en digitalización por parte de las empresas. Esto significa hacer grandes desembolsos para invertir en formación y capital tecnológico, tanto de los propios directivos como de los trabajadores, que se verán recompensadas con frutos a mediana y larga duración.
En el Foro de Davos también se ha hecho hincapié en la “pérdida de liderazgo”. Es evidente que los conceptos ‘directivo y líder’ deben ir unidos. Es necesario que un CEO tenga una buena capacidad de comunicación con todos los stakeholders de su empresa, lo que conlleva transmitir el mensaje oportuno en el momento oportuno.
Un buen líder debe entender la importancia del “liderazgo colaborativo” en el que se basan las nuevas formas de negocio. Las empresas jerarquizadas están siendo suplantadas por entornos más abiertos y organigramas más horizontales.
El liderazgo debe también globalizarse y abrir fronteras incluso más allá de la empresa. En el foro se ha hablado de que estamos tendiendo erróneamente al proteccionismo y de que tenemos tendencias herméticas. Es positivo crear redes externas y que nuestras empresas muestren apertura.
La Responsabilidad Social Corporativa es también importante como generadora de confianza y de lucha contra los retos actuales de la globalización 4.0, al igual que una buena gestión del talento en la empresa puede constituir una ventaja competitiva para ésta.