El análisis de costes es uno de los instrumentos imprescindibles para conocer la estructura de costes de tu empresa y valorar su relación con los beneficios. Una planificación financiera inteligente y previsora implica tener en cuenta todos los costes de una organización. Toda empresa debe alcanzar un punto de equilibrio en el que los ingresos sean superiores a los costes y por tanto se pueda generar riqueza.
Para que entiendas cómo hacer un análisis de coste-beneficio en la empresa, vamos a explicarte en primer lugar en qué consiste este concepto, cómo se pueden calcular los costes de una empresa y algunos ejemplos de análisis de costes que puedas visualizar claramente su importancia en la gestión y dirección financiera de una empresa.
¿Qué es el análisis de costes de una empresa?
Se trata de un proceso financiero que consiste en identificar, localizar, clasificar y relacionar los costes de una empresa. El objetivo de este tipo de análisis es elaborar un informe que permita a la compañía tener una visión clara de cuál es su estructura de costes, es decir, en qué partidas se está invirtiendo el dinero. Esto a su vez se realiza con el objetivo de analizar la relación entre coste y beneficio, de manera que se puedan conocer los beneficios económicos derivados de una determinada inversión.
Los costes representan el valor monetario que la empresa invierte en la producción de bienes y/o servicios. Cuando se realiza un análisis de costes en la empresa, los gestores de ésta pueden tomar mejores decisiones a la hora de desarrollar la estrategia empresarial y tomar medidas para maximizar la solvencia, liquidez y rentabilidad.
No todos los costes son ineficientes, ni la reducción de costes en sí misma tiene por qué dar lugar a una mayor rentabilidad. De hecho, a veces reducir los costes puede suponer una disminución de los beneficios y perjudicar estratégicamente a la empresa.
Por ejemplo, si se analizan los costes y se determina que una parte importante corresponde a los salarios y se decide reducir estos, puede dar lugar a situaciones en las que la empresa pierda talento y se tengan que contratar a personas que aún no tienen la formación y experiencia para ofrecer el mismo valor añadido que aquellos profesionales que ya conocían de primera mano los procesos, necesidades y objetivos de la organización.
Pasos para hacer un análisis de costes
Hay una serie de aspectos esenciales que debes tener en consideración a la hora de analizar los costes paso por paso.
1. Identifica los costes
Detecta todos los costes de la empresa. Para ello puedes acceder a las cuentas bancarias y plataformas de pago que utiliza la organización, analizar los libros de facturas y contemplar todos los gastos que se han llevado a cabo en un período de tiempo, distinguiendo entre los costes fijos y recurrentes y los costes variables. Si dispones del libro mayor, balance y cuentas de explotación de la empresa en el período anterior, puedes también utilizar estos datos como referencia.
2. Distingue entre los costes y los gastos
Los costes se definen como la cantidad de efectivo pagado para la adquisición de un activo, es decir, bienes que la empresa posee y puede convertir en dinero líquido. Estos pueden ser por ejemplo las materias primas o la mano de obra que la empresa utiliza para la fabricación de sus productos.
Los gastos, por su parte, no están intrínsecamente relacionados con el ciclo productivo de la empresa, sino que están más bien relacionados con la administración de la empresa y no desempeñan un rol en cuanto a la aportación de valor. Se trata de pérdidas, que se contemplan como tales en las cuentas de explotación de la empresa.
3. Clasifica los costes según distintos criterios
Hay diferentes formas de hacer la clasificación de costes:
- Actividad de la empresa: aquí se pueden clasificar los costes según sean fijos (se mantienen a lo largo del tiempo) y variables (dependen del volumen de producción).
- Según su asignación a un producto: los costes directos son aquellos que se pueden imputar directamente a un producto, mientras que los indirectos no pueden atribuirse a la fabricación de un artículo en particular.
- De acuerdo con el alcance: las empresas pueden distinguir también entre los costes totales relacionados con el volumen total de producción y los costes unitarios, es decir, el coste de producción por cada unidad.
4. Desarrolla la estructura de costes
Una vez que hayas clasificado los costes, puedes conocer los costes totales de producir un bien o servicio, así como la estructura de costes de la empresa. Llegados a este punto, puedes saber por ejemplo la relación proporcional entre los costes fijos y variables, así como también el punto de equilibrio o umbral de rentabilidad. O sea, el punto de cobertura, en el que la empresa cubre todos los costes, o lo que es lo mismo, los ingresos son equivalentes a todos los costes fijos y variables, por lo que no hay beneficios ni pérdidas.
Cómo hacer un análisis de coste-beneficio (ejemplo)
Una vez que conoces cuál es la estructura de costes de tu empresa, es de gran importancia comparar su relación con los beneficios.
El análisis de coste-beneficio consiste en la medición de la relación de los costes de un proyecto (o de toda la actividad de la empresa) y los beneficios que genera. Esto permite evaluar si realizar una mayor inversión generaría rentabilidad, o es necesario tomar decisiones que ayuden a mejorar la eficiencia de costes.
La relación coste beneficio se conoce también como el índice neto de rentabilidad. Puede calcularse mediante una simple fórmula:
Valor del coste-beneficio = Beneficios netos / costes de inversión
Es muy importante considerar todas las variables en esta fórmula, tanto los salarios como los costes de producción, los costes de la financiación, los suministros o incluso los impuestos. Si el resultado de esta fórmula es mayor que 1, significa que la empresa está generando beneficios, mientras que si es menor de 1, el proyecto no está siendo rentable y si es igual a 1 no existen ganancias ni pérdidas.
Así, por ejemplo, suponiendo que una empresa ha obtenido beneficios netos por valor de 1 millón de euros, y los costes de inversión han sido de 985.000, el resultado de la fórmula sería de 1,015, lo que es un indicador de que el proyecto empresarial es rentable y que la empresa está obteniendo una rentabilidad por su inversión.
En la siguiente imagen puedes ver una aplicación practica de la formula que relaciona los costes con el beneficio de una empresa.
Desde el programa máster MBA en Málaga que organiza la Cámara de Comercio te invitamos a que conozcas más en profundidad la importancia del análisis de costes, puesto que se trata de una de las herramientas estratégicas que hay que tener en cuenta para valorar qué decisión tomar en lo que respecta a la rentabilidad de un proyecto empresarial.
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